Escrito por Eduardo M Romano el 29 noviembre, 2013
En qué momento exacto no me lo pregunten,
porque no sabría decírselos ,pero de lo que sí estoy bien seguro
es que ella estaba cambiando,
y que ya ahora , a muchas cosas y asuntos,
los sentía y pensaba muy diferente,
Por ejemplo, ahora , todo lo que oliera a
“aquí no ha pasado nada”, para no dejar mal jamás mal el maltrato de otro…
…o bien que tuviera aspecto de postergación indecisa,autosacrificio mecánico o disculpa apresurada…
créanme que ya casi que no tenían lugar dentro de ella…
…ni encontraban el camino tan fácil ni la puerta
siempre abierta ,
como le pasaba antes a ella.
El auto- reproche continuo, el hacerse cargo de todo,
y eso de andar asumiendo la culpa, primero,antes que nada y por las dudas…
… y créanme que ahora les estoy sólo a algunas de aquellas cosas
horribles en las que a ella la habían educado de un modo tan empecinado como estricto
desde chiquita..sin darle lugar a la objeción ni a la protesta…
..yo no podría asegurarles que ya se le habían ido del todo
ni por completo,
ni así nomás de un momento para el otro…pero lo que sí puedo decirles, es que lo estaba encarando de lo más comprometida .
Con decirles que ahora, muchas de estas cosas, ya habían empezado
a perder el poder y la eficacia
que antes tenían dentro, sin que pudiera hacer nada para frenarlas. …Bueno, ahora eran mucho más tenues…y su radio de acción
y de influencia,bastante más modesto .
Y ni qué decirles en lo que hace al capítulo de los desplantes, los malos modos y los destratos,
en cualesquiera de sus grados, envases ,proporciones y formas…
Esos sí, que ya no se los toleraba
a nadie.
Y cada vez que fuera preciso pararle el carrito a éste
o ponerle los puntos sobre las íes a aquél otro…lo nuevo
que le estaba pasando ahora,
era que ella ya no se sentía la obligación
de tener que recorrer primero
para pedir permiso,(como una de las tantas caras que puede
tener el sometimiento )
esos inútiles pasillos de adentro….para después tener que terminar
llenando,uno tras otro,
interminables formularios internos , repletos de letra
chica y auto engaño.
Porque ahora, todas estas cosa que les estoy contando
, a ella le salían
espontáneas y sin freno posible.
Quiero decir, Impostergables ,
como toda convicción genuina,
que a uno le sale justa y de adentro,
y que no ya existe quién pueda interponerse,
para ponerle freno.
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