Un territorio en común.
Una forma particular de habitar el espacio
y hacer transcurrir el tiempo.
En él conviven escenas, goces y fantasmas.
Un territorio forjado por imágenes jeroglíficas
y murmullos que lo atraviesan.
Territorio reprimido
que se da a ver
una y otra vez en sus retornos.
Memorias recurrentes que la conciencia ignora
y que no cesan
en su afán de insistir
por donde menos se las espera.
Memorias imprevisibles e inquietas.
Intimas y entrañables.
Amenazantes y extrañas.