Escrito por Eduardo M Romano el 10 abril, 2023
Lo suyo se lleva muy bien con la sorpresa.
Porque se aparecen cuando uno menos se los espera.
Se plantan por delante
y sin perder tiempo en preámbulos,
hacen lo que saben.
Primero nos rodean y dan vueltas,
para finalmente hacernos temblar en lo más propio.
Es imposible que sepamos si guardan relación
con ésto o con aquéllo otro,
si van a hacer que veamos más claro
o a nublarnos aún más, la vista.
Son instantes inciertos
en los que ignoramos
qué cosas tienen más relevancia,
en qué lugar está el centro
y dónde la periferia.
Son momentos propicios
para que amaguen con aparecer
nuestras rutinas consabidas,
las demoras inoportunas
y las dudas timoratas.
Sucede que el enigma ha emprendido sus retornos,
vestido con diez ropas distintas
y mirándonos con veinte semblantes inciertos.
Cada quien a su modo,
podrá dejar que se pierda,como una letanía.
O intentará sostenerlo como pueda,
para sacudir
tanta vida dormida.
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