Escrito por Eduardo M Romano el 22 noviembre, 2020
Existe un tiempo que transcurre
como si trazara una línea recta.
sin que pueda saberse hasta cuándo
ni hacia dónde.
Tiempo sucesivo que define el atrás y el adelante.
Inefable e incierto, va forjando una historia.
Demasiado largo. Demasiado pronto.
Rápido o fastidiosamente lento.
Arrastrando nuestras premuras y altibajos.
A veces apurando el paso
y otras aquejado por la inercia.
Pero también, tiempo vagabundo
y lleno de enigmas.
Hecho de caprichosas singularidades
que aparecen por sorpresa
y otras que abandonan ,
en el preciso momento en el que queríamos aferrarlas.
Imposible vivirlo de nuevo.
Porque mucho tiene que ver con la palabra.
La que desgarra.
Y arruina la continuidad natural de las cosas.
Es el tiempo del anhelo, el sueño, el equívoco y la vigilia.
De aquello que se empecina,
irreverente e incierto.
Tiempo otro que insiste
pero distinto ,en cada uno de sus retornos.
A des-tiempo.
Fuera de tiempo.
424 Vistas
Deja una respuesta