Escrito por Eduardo M Romano el 14 agosto, 2023
Existen asuntos que jamás fueron dichos
pero que, sin embargo,circulan, se replican y retornan
desprovista de nombre y despojados de motivos dentro nuestro.
Anhelos y desencantos de los que no podemos dar cuenta
en los que arraigan pensamientos y motivos reprimidos .
Entonces sucede que el dolor por aquello que no fue,
que no estuvo o no se hizo,
puede que se nos introduzca
como una especie de pertenencia incómoda y clandestina.
Son vacíos y extrañamientos que tal vez intuimos
pero de los que nos resulta imposible decir y dar cuenta.
Una ajenidad se nos inscribe para que carguemos con ella.
Se trata quizás de esquivar
esa clase de heridas que así nomás no se borran
y siguen lastimando desde lo hondo.
Unas tramas singulares e inconscientes
construyen a su modo, silencios y ocultamientos.
Esos que de a poco se van transformando en secretos
que cada quien va sobrellevando
como pueda y a su modo
Elipses pasajeros que dan la calma
por un tiempo.
Hasta que, implacables,
se nos imponen sus retornos,
reclamando lo propio.
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