Escrito por Eduardo M Romano el 19 febrero, 2023
De aquel encuentro que tanto la había conmovido,
ya quedaba poco y nada.
Sólo algunos restos de frases entrecortadas.
Murmullos sueltos o imágenes ambiguas
que ya habían perdido casi todo su brillo.
El tiempo ya había hecho lo suyo
Sin embargo, eso reprimido
seguía insistiendo.
Inapelable.Imperativo.
No había vuelta que darle.
Por más que se esforzara, no tenía forma
de volverlo a la memoria y describirlo.
Y por experiencia, ella sabía que con la sola intención
no bastaba.
Es que una y otra vez tropezaba con una frontera.
Una especie de borde
en el que se mezclaban lo íntimo con lo extraño.
Un lugar imposible de discernir
en el que el tiempo transcurría demasiado pronto
o resultaba tardío.
Entonces,muchas marcas del ahora
se mezclaban con las de antes,
componiendo una trama de escenas superpuestas
que ignoraban la sintaxis
y estaban impedidas de acceder a la palabra.
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